El placer de
saborear un bombón de licor, me recuerda mi niñez cuando revolvía la caja de
chocolates buscando en especial los más redondos y abultados que eran los que
más me gustaban. Rompía con los dientes la cáscara azucarada para volcar
rápidamente el licor en mi boca. El disfrute total del sabor.
Ahora me gustan todos los
chocolates, aunque el de licor sigue siendo mi preferido.
Conocí al escultor
Horacio Santos, en un evento que realizaba
mi provincia. Yo era parte de la organización y mi función era atender a los
expositores. Mientras colocaba los folletos de la exposición en una mesa, me
detuve mirando la foto de un morocho con
adorable sonrisa de dientes blancos y ojos chispeantes. Mi boca dibujó un
¡guaau!... silencioso y para adentro. Me propuse:-Tengo que encontrar a este
bombón. Así fue. Luego del horario establecido, salimos con todo el grupo para
cenar, por supuesto el brasilero estaba ahí. Nosotros como anfitriones teníamos
que homenajear a los invitados. Al despedirnos, nos pasamos los mail, teléfonos,
miradas, algunos diálogos cortados, estoy sola, estoy en pareja, pero por poco
tiempo más, vivo en Buenos Aires,¿ cuando venís?, escribime... llamame…
A partir de ahí me contacté con él, primero con
la excusa del trabajo. Volaban los mail
ida y vuelta, hasta que ¡Oh casualidad!, me dan una comisión en Buenos Aires, para un Congreso
Interprovincial. Ni bien llegué, ya Horacio me estaba llamando para
encontrarnos. Al rato otra vez, hasta que me dio las indicaciones para viajar
al lugar donde él se encontraba. El colectivo me llevaba por Libertador y mis
pensamientos iban más rápido, imaginando cómo sería el encuentro con mi moreno
brasilero, de sonrisa tierna y voz dulce, cómo sería rozar esa piel oscura y aterciopelada.
Cómo sería…
Horacio me
esperaba en la puerta, se le notaba la ansiedad en los ojos, en las palabras,
en los gestos. Luego, me llevó de gira, a pasear la noche de Buenos Aires y más
tarde a su casa.
Ya de madrugada, mientras me
dormía plácidamente, con mis expectativas cumplidas, pensaba: ”me he comido el
mejor bombón de licor de mi vida”.
Raquel Micheli
2013
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